30 de octubre de 2011

Salida día 5 de Noviembre: Otoño en la cara Norte de la Maroma

Robledal alto-Don Abuelo-La Maroma-Collado Lobera-Robledal Alto. 5 de noviembre de 2011.


Participantes: Manuel de Nerja, Fali, Carlos, Antonio Fornes, Ricardo, Jesús, Jerónimo, Ana, Paco Ponferrada, Miguel de Alhaurín y la Pulgui.

Distancia: 18 km.
Desnivel: 1.150 m.

Vídeo de la salida

Track de la ruta en Wikiloc

Desde que amaneció la Maroma se mostraba cubierta de un enorme nubarrón negro que no auguraba nada bueno. Además la tarde anterior había asomado su cima nevada entre las nubes. Pensamos que nos aguardaría lluvia siguiendo la tónica del jueves y viernes, pero como la predicción era de muy poca o nada de lluvia decidimos continuar con el plan e ir hacia el nubarrón.

Partimos con una mañana fresquita por el precioso encinar entre el Robledal Alto y los Barracones. La lluvia había dejado el aire limpio, olor a tierra mojada y la música del arroyo de los Presillejos que llevaba un buen chorro de agua.

Atravesamos los Barracones sin detenernos para no perder el calor de la caminata y nos metimos en el pinar y luego en la niebla que no era tan espesa como se preveía desde abajo. Perdimos las vistas de la llanura de Zafarraya y las del mirador de Ben pero ganamos el contraste de los arces otoñales con los pinos.

Con el buen ritmo que llevábamos, la senda marcada de azul y limpia en el arroyo hacia el Selladero, y sin hacer paraditas, llegamos enseguida al collado del Selladero. Manuel puso un “way point” allí por si acaso y nos metimos en la niebla buscando el collado de Don Abuelo. En él, al abrigo de unas rocas hicimos el Ángelus con 2ºC, y pusimos otro “way point” pero cuando salimos a la cresta y comenzamos a ascender por la ladera Oeste, el viento del Noroeste nos comenzó a castigar con dureza, la temperatura bajó a 0ºC, la nieve estaba helada, casi no nos veíamos con la niebla y todo el mundo se puso toda la ropa que llevaba para afrontar como fuera la friolera que se nos venía encima.

Y así fue todo el camino hasta que hora y media después, bajando de La Maroma hacia la Tacita, la misma Maroma nos protegió del vendaval helado. Los Prados de Arena estaban cubiertos de agua y hielo, irreconocibles, los agracejos y los lastones cubiertos con hielo formando banderolas, preciosos, pero el frío era tal que Carlos decía que no los fotografiaba porque las manos no le respondían para manipular la cámara. En cambio Ana estaba contentísima porque no había visto nunca antes ese paisaje glacial. Llegamos al monolito de la Maroma gracias al empeño de Fali después de recorrer toda la paramera que lo rodea. Los bigotes de Paco y Miguel con churretones de hielo, lo mismo que las cejas de la Pulgui, lo poco de la cara que dejábamos al aire completamente helado, las manos sin movimiento, en fin, que nos imaginamos perfectamente cómo lo pasaron los exploradores de los polos.

No nos acercamos a la Tacita de Plata sino que bajamos directamente buscando Collado Lobera y en el mismo collado, en la hondonada que hay detrás nos metimos a comer un poco protegidos del vendaval. Allí acabamos de quedarnos completamente helados con 2ºC de temperatura y los remolinos de viento que se nos metían en los huesos. Fue de los pocos días que no disfrutamos de ese momento nuestro tan especial que es la comida. Aún Ricardo tuvo el buen humor de meterse conmigo por haber comprado sólo mi barra de pan cuando él había estado en la puerta de la panadería igual que yo.

Naturalmente la comida fue rápida, rápido el descenso y rápidas las paraditas a tomar fotos de los arces entre el pinar en el valle de los Presillejos. Señalar que de Peña Sol salía un chorrazo de agua formando el regato ese que riega al tejo abuelo. De la senda principal bajamos a los Barracones por recordar esa sendita que está muy bien trazada. Y para terminar en los Barracones se nos puso a llover hasta el coche. Aligeramos el paso y a las 4.30 ya estábamos de vuelta.

Un día que pasamos gracias al buen humor y al empuje que nos caracteriza, pero sin ningún deseo de repetir ese calvario helado.


Parada de reagrupamiento

Arce

La senda se viste de otoño

Hacia la niebla

Colores otoñales

Por el Donabuelo

P'arriba hacia la cumbre

Plumas de hielo

Más plumas de hielo

Frío, mucho frío

Congelados

Los Prados de Arena

Esta vez, de hielo y agua

Hacia el vértice geodésico, sin perder el norte, pero juntitos por si acaso

Llegando a la Maroma

Comida helada

Por el Tajo del Salto del Caballo

Bajando del Salto del Caballo

Barranco de Presillejos

Vinos otoñales

23 de octubre de 2011

Salida día 29 de Octubre: El Huma por Gobantes

Distancia recorrida: Unos 15 kilómetros.
Desnivel acumulado: Manuel me lo comentó, pero no me acuerdo.

Empezamos a andar a eso de las nueve y media. La mañana fresquita, con un suave viento del norte que arreciaría a lo largo de la jornada.
La Huma y el Capilla estaban cubiertos por un espeso manto de nubes, que tal como preveímos, desapareció a lo largo de la mañana.

Comenzando a caminar

Después de abandonar los coches, nos dirigimos por un carril, rodeados por un frondoso bosque de sabinas, hacia el Puerto de Ramos, desde donde cogimos por otro carrilillo, hacia una zona de despegue de parapentes. A partir de aquí, campo a través cuesta arriba hacia el Paso del Tajo de los Cabritos, que desde abajo se nos hacía imposible de pasar, por lo menos para mí.

Tajo del Pto. de Ramos

Covacha en el Tajo de los Cabritos

Ya arriba, el paso resultó más ancho y fácil de lo que parecía, aunque eso no quitaba del todo el vértigo si dirigíamos la vista hacia el pantano, pues la caída era espectacular.

Paso por el Tajo de los Cabritos

Nada más pasada la cornisa del Paso del Tajo de los Cabritos, nos metimos de lleno en Sierra Llana, un inmenso lapiaz por el que tiramos por donde bien pudimos y que de llano tiene más bien poco.

Andando por Sierra Llana

Llegados al camino de Sª Llana hicimos un alto para hacer el Ángelus y consultar los mapas, los industriales y aquellos algo más artesanales.

Mapas

Llegados bajo el Tajo de Ballesteros, lo subimos, unos rodeándolo y Ricardo metiendo la directa. Aquí no nos entendimos con las indicaciones, pero nos volvimos a encontrar arriba, en medio de un torcalillo por el que fuimos buscando los senderos de las cabras.

Torcalillo

Ricardo saliendo por el Tajo Ballesteros

"Paseando" por Sierra Llana

Llegados a un punto, no nos quedó más remedio que tirar p'abajo, como bien se pudo, entre las piedras, las aulagas y las sabinas, con una pendiente más que considerable, pero que salvamos sin mayor problema, hasta llegar a una alambrada que nos separaba del carril del Puerto Pizarro.
Pasado el Puerto, por donde nos hicimos la foto de grupo, enfilamos hacia la Huma por su cara norte, entre un pinar de repoblación. Llegados a un carril que recorre el pinar y vista la hora, decidimos dejar las prisas y la Huma para otro momento, y pararnos a comer más relajados.

Grupo

La comida, como siempre, estupenda, y en un "restaurante" con una de las mejores vistas que de los pantanos del Chorro se pueda tener, rodeados de Tajos por todos lados.

Paco por las peñas

Tras la comida, unos cuantos bajamos hasta un picacho que se veía cerca y que resultó por su otra cara un enorme tajo sobre el carril que baja hasta el Cortijo del Madroño.
Hechas las fotos de rigor, nos fuimos hacia arriba, juntándonos de nuevo todos en el Pto. de Pizarro.

Cara Oeste de la Huma, con el Tajo del Estudiante

Por el Tajo de la Zorra

Desde el Pto. de Pizarro, cogimos el carril, que por el Tajo de la Zorra, nos llevó, tras unos seis kilómetros,  hasta los coches, disfrutando por el camino del vuelo de los parapentes  sobre el Pico Capilla.

Parapentes sobre el Pico Capilla

Vinos

9 de octubre de 2011

Salida 15 de Octubre: La Fájara por La Rábita y el Peñón Grande

Canillas-La Rávita-Peñón Grande-Cueva de D. Pedro-Nacimiento de la Fahara. 15 octubre 2011.


Participantes: Paco Ponferrada, Jerónimo, Ana, Paco Zambrana, Lola Valle, Cayetano, Miguel de Alhaurín, Antonio Fornes, Fali, Victoria, Nico, Ricardo, Jesús, Maya y Pulgui.

Distancia recorrida: 17 km.

Desnivel acumulado: 1.215 m.



¡Qué éxito tuvo la propuesta de este recorrido! Trece participantes ¡Ahí es nada! Y eso que Carmen se quedó en casa por enfermedad. Ojalá estés ya bien aunque te perdieras la excursión.

Con el café y el bollo con aceite que tomamos en el bar “El Cruce” llegamos a Canillas y de Canillas salimos por la fuente del Ayuntamiento camino de la Rávita. Como era una excursión cortita iniciamos ese ascenso con tranquilidad, a paso más bien lento, mientras el grupo se dividía en subgrupos en los que se conversaba de todo lo divino y humano.

En la fuente de la Rávita nos reagrupamos, sufrimos algunas mofas los que llegábamos más tarde, cambiamos el agua del grifo por la de la fuente e iniciamos la subida al Peñón Grande por una senda muy bien marcada y limpia, a un paso ya más acorde con nuestras caminatas. Justo al terminar la ladera y dar vistas a la parte alta del Peñón, hay a la izquierda de la senda una cabañita de pastores con unas vistas preciosas hacia el Este.

Como la excursión no era larga decidimos explorar el Peñón. Lo recorrimos por los enormes tajos del Norte, llegamos hasta la quebrada punta del oeste y regresamos dando vistas a Canillas. En el centro del Peñón hay otra cabañita de piedra también muy bien conservada.

Bajamos por la ladera Norte y por la senda que sube hacia la Maroma llegamos al barranco de los Tajos Lisos donde hicimos el Ángelus. Tomamos la senda de la Cueva de D. Pedro y por ella nos encaramamos al punto de mayor altura del recorrido. Poco después comenzó a entrar niebla desde abajo lo que nos quitó vistas pero nos refrescó la marcha. Toda la senda está perfectamente limpia hasta el pinar cerca de la valla que delimita el Parque. En el Atalayón, con la limpieza, ha aparecido una senda que lo rodea por el Sur. Parece que después desciende al barranco al Oeste del Atalayón pero no vimos su unión en el recorrido que hicimos. Quizá baje más directamente a la Fahara. Queda para una futura exploración.

Sin cruzar la valla del final del Parque seguimos por la sendita hacia el Sur-Oeste amparados por el pinar. Sale después la senda del Parque y se mantiene pegada a la valla hasta dar vistas a la hondonada de la Fahara. ¡Con qué gusto oímos el rumor del agua abajo! Habíamos decidido ir a comer a la Fahara aunque fuera un poco tarde y mereció la pena bajar al límpido manantial y aposentarnos a su vera.

No debía corresponderme a mí hablar de los sucesos de la comida, pero como me temo que nadie escriba la crónica, daré cuenta de ellos no sin rubor. Me había atrevido a llevar una botella de vino sin alcohol aún a sabiendas de que me exponía a un abucheo, porque la bodega que lo elabora es una bodega de categoría. Abrimos la botella y salió de ella un caldo rosado, dulzón, imbebible que, naturalmente, hubo que tirar. Soporté calladamente todo lo que me quisieron decir y aprendí que experimentos con el vino en este foro, los mínimos. Hay que agradecer a Cayetano los caracoles que trajo, excelentemente cocinados con tomate y pimiento. Este sí que fue un experimento exitoso y no el mío.

Con el buen humor de la comida atacamos el duro repecho hasta Canillas. De nuevo el grupo se separó en subgrupos que se volvieron a juntar en el aparcamiento.

Una excursión muy agradable, con la sorpresa de las vistas y tajos del Peñón Grande, por una senda perfectamente limpia, y que al final no resultó tan cortita como pensábamos.

Sólo queda felicitar a la dirección del Parque por la limpieza de las sendas. Un dinero muy bien empleado a nuestro juicio.



En la Fuente de la Rávita

Por el matorral

6

+ 6

+ 1 que por allí andaba tras la cámara

En el Peñón Grande

Las nubes empiezan a cubrir La Maroma

¿Quién será
el caminante
que con camisa y bastón
siempre va?

Mantis religiosa

La Fájara

Nacimiento de la Fájara

Río Bermuza

2 de octubre de 2011

Salida día 8 de Octubre: Sª de las Nieves - Cañadas de la cara norte

Yunquera-Puerto de los Hornillos por Huarte. 8 de octubre de 2011.



Yunquera, senda Puerta Huarte, pinsapar de Cubero, puerto de los Hornillos, puerto Bellina, cueva del Agua, Yunquera.

Participantes: Jerónimo y Tere, Miguel de Alhaurin, Cayetano, Manuel de Málaga, Lola Díaz, Fali, Jesús y las perras Maya y Pulgui.

Distancia recorrida: 24 km

Desnivel acumulado: 1130 m.



Las excursiones con gente nueva tienen un tinte especial, un valor añadido por el reencuentro con compañeros no habituales. Así que muy bien venidos a Tere, Miguel y Manolo. A ver si os prodigáis más.

Mañana nublada, con niebla a poco más de 1000 m de altura, pero que se fue levantando para dar lugar a un día soleado muy agradable.

Después del consabido mollete de Mari Carmen en el ampliado bar Quini, aparcamos en el campo de fútbol y tomamos primero el carril y luego la senda de Puerta Huarte entre viñedos que empezaban a tomar su color otoñal. Ascendimos al collado “del inglés mala follá” y bajamos al arroyo Saucillo donde empieza propiamente la senda metiéndose en un buen pinar de pino carrasco, siguiendo durante un buen trecho el valle del arroyo hasta que lo remonta para salir al carril de la cueva del Agua.

El carril debió destruir parte de la senda porque hay que subir por él un poco hacia la cueva y retomarla a la derecha en el arroyo de los Baños. La senda llanea o desciende ligeramente mientras rodea un cerrillo que llevamos a la izquierda, también entre pinos. De ella sale otra a la derecha, como hacia el tajo de la Paloma (a ver si alguna vez la exploramos) y poco después otra a la izquierda que se une al carril de la cueva del Agua; desciende al arroyo de los Hornillos y remonta al puerto de Huarte o de la Cruz. Desde él el cortijo de Huarte resplandece por su blancura, rodeado de bancalillos aún cultivados, bajo los picos del Jarro y Filar de los Ermitaños. La fuente de Huarte nos obsequió con su chorrillo de agua fresca y en ella hicimos el Ángelus.

Abandonamos la senda principal para subir por el primer desvío hacia el puerto de las Camaretas y en el llanito que lo precede nos internamos en el pinsapar disfrutando otra vez de la sombra y de los tremendos ejemplares que van apareciendo, sobre todo debajo de la fuente del Hornillo. En la fuente nos encontramos a los únicos 3 caminantes de la jornada, uno terminando de comer, con su botellita de vino, lo que dice mucho de su disfrute de la vida, y una pareja explorando las cuevecillas del tajo encima de la fuente. Allí comimos, descansamos y nos solazamos con la conversación, las viandas y los vinos.

Con la panza llena y el buen humor que provoca una alegre comida subimos al cercano puerto de los Hornillos para bajar por la cañada homónima hasta puerto Bellina. Del puerto a la cueva del Agua y de allí a Yunquera.

Aunque no se llega a ningún pico digno de mención por su altura, la excursión es un sube y baja que requiere esfuerzo. Primero para remontar al collado del inglés (aunque como se va fresco se nota poco), después para subir desde el cortijo de Huarte a Camaretas, luego para alcanzar el puerto de los Hornillos por el pinsapar y finalmente, cerca ya de la meta, la subidita, cortita pero empinada, del arroyo del Saucillo al collado del inglés

Una excursión preciosa por las vistas, porque discurre casi en su totalidad por bosque a la sombra de los árboles, porque se llega a tres fuentes que incitan a beber y a descansar en su rumorosa vera y sobre todo, por la agradable compañía, la conversación y el buen humor que siempre estuvo presente. Una excursión para recordar y repetir.


Cañada de la Encina o de Huarte

¿Puesta de huevos? de Uromenus andalusius - Grillo verde
Curioso animal, pues se trata de un endemismo bético que se utiliza en el control de las plagas de procesionaria, pues se alimenta de sus huevos y larvas.

Pinsapo

Momento de charla tras la comida

En la Fte. de los Hornillos

Cayetano y Maya

Grupo en el Pto. de los Hornillos, punto más alto de nuestra ruta de hoy.

Por la Cañada de Bellina

Cañada de Bellina

A la sombra del pinsapo

Conos de Cedrus atlantica, especie alóctona pero que se ha aclimatado perfectamente, formando un pequeño bosquete en el Pto. de Bellina.

Flores masculinas de Cedrus atlantica

Vinos en la Fte. de los Hornillos