Robledal alto-Don Abuelo-La Maroma-Collado Lobera-Robledal Alto. 5 de noviembre de 2011.
Participantes: Manuel de Nerja, Fali, Carlos, Antonio Fornes, Ricardo, Jesús, Jerónimo, Ana, Paco Ponferrada, Miguel de Alhaurín y la Pulgui.
Distancia: 18 km.
Desnivel: 1.150 m.
Vídeo de la salida
Track de la ruta en Wikiloc
Desde que amaneció la Maroma se mostraba cubierta de un enorme nubarrón negro que no auguraba nada bueno. Además la tarde anterior había asomado su cima nevada entre las nubes. Pensamos que nos aguardaría lluvia siguiendo la tónica del jueves y viernes, pero como la predicción era de muy poca o nada de lluvia decidimos continuar con el plan e ir hacia el nubarrón.
Partimos con una mañana fresquita por el precioso encinar entre el Robledal Alto y los Barracones. La lluvia había dejado el aire limpio, olor a tierra mojada y la música del arroyo de los Presillejos que llevaba un buen chorro de agua.
Atravesamos los Barracones sin detenernos para no perder el calor de la caminata y nos metimos en el pinar y luego en la niebla que no era tan espesa como se preveía desde abajo. Perdimos las vistas de la llanura de Zafarraya y las del mirador de Ben pero ganamos el contraste de los arces otoñales con los pinos.
Con el buen ritmo que llevábamos, la senda marcada de azul y limpia en el arroyo hacia el Selladero, y sin hacer paraditas, llegamos enseguida al collado del Selladero. Manuel puso un “way point” allí por si acaso y nos metimos en la niebla buscando el collado de Don Abuelo. En él, al abrigo de unas rocas hicimos el Ángelus con 2ºC, y pusimos otro “way point” pero cuando salimos a la cresta y comenzamos a ascender por la ladera Oeste, el viento del Noroeste nos comenzó a castigar con dureza, la temperatura bajó a 0ºC, la nieve estaba helada, casi no nos veíamos con la niebla y todo el mundo se puso toda la ropa que llevaba para afrontar como fuera la friolera que se nos venía encima.
Y así fue todo el camino hasta que hora y media después, bajando de La Maroma hacia la Tacita, la misma Maroma nos protegió del vendaval helado. Los Prados de Arena estaban cubiertos de agua y hielo, irreconocibles, los agracejos y los lastones cubiertos con hielo formando banderolas, preciosos, pero el frío era tal que Carlos decía que no los fotografiaba porque las manos no le respondían para manipular la cámara. En cambio Ana estaba contentísima porque no había visto nunca antes ese paisaje glacial. Llegamos al monolito de la Maroma gracias al empeño de Fali después de recorrer toda la paramera que lo rodea. Los bigotes de Paco y Miguel con churretones de hielo, lo mismo que las cejas de la Pulgui, lo poco de la cara que dejábamos al aire completamente helado, las manos sin movimiento, en fin, que nos imaginamos perfectamente cómo lo pasaron los exploradores de los polos.
No nos acercamos a la Tacita de Plata sino que bajamos directamente buscando Collado Lobera y en el mismo collado, en la hondonada que hay detrás nos metimos a comer un poco protegidos del vendaval. Allí acabamos de quedarnos completamente helados con 2ºC de temperatura y los remolinos de viento que se nos metían en los huesos. Fue de los pocos días que no disfrutamos de ese momento nuestro tan especial que es la comida. Aún Ricardo tuvo el buen humor de meterse conmigo por haber comprado sólo mi barra de pan cuando él había estado en la puerta de la panadería igual que yo.
Naturalmente la comida fue rápida, rápido el descenso y rápidas las paraditas a tomar fotos de los arces entre el pinar en el valle de los Presillejos. Señalar que de Peña Sol salía un chorrazo de agua formando el regato ese que riega al tejo abuelo. De la senda principal bajamos a los Barracones por recordar esa sendita que está muy bien trazada. Y para terminar en los Barracones se nos puso a llover hasta el coche. Aligeramos el paso y a las 4.30 ya estábamos de vuelta.
Un día que pasamos gracias al buen humor y al empuje que nos caracteriza, pero sin ningún deseo de repetir ese calvario helado.
Parada de reagrupamiento
Arce
La senda se viste de otoño
Hacia la niebla
Colores otoñales
Por el Donabuelo
P'arriba hacia la cumbre
Plumas de hielo
Más plumas de hielo
Frío, mucho frío
Congelados
Los Prados de Arena
Esta vez, de hielo y agua
Hacia el vértice geodésico, sin perder el norte, pero juntitos por si acaso
Llegando a la Maroma
Comida helada
Por el Tajo del Salto del Caballo
Bajando del Salto del Caballo
Barranco de Presillejos
Vinos otoñales