26 de junio de 2011

Salida día 2 de Julio: Río Añales

Participantes: Manuel de Rincón, Miguel de los contenedores, Paco Ponferrada y Jesús.

Distancia recorrida: 15,3 km.

Desnivel: 300 m.

No sabemos si las excursiones de exploración despiertan poco entusiasmo en la comunidad caminante o el personal tenía muchos compromisos sociales, pero sólo 4 nos presentamos a la hora y el sitio convenido. Bueno todos no, Jesús 10 minutos más tarde.

A pesar de la ausencia de Cayetano que era quien tenía estudiada la ruta decidimos ir a ella. Aparcamos donde el carril asfaltado que sale de Arenas se une al carril de tierra que recorre el Añales. Un chico joven que trabajaba allí sus invernaderos nos atendió muy bien, nos dio las explicaciones que sabía, nos ofreció calabacines y nos permitió aparcar en su campo. Todavía hay gente maja.

Enfilamos carril arriba entre invernaderos y huertas hasta que el carril da un giro al Oeste para ir a Játar. Nosotros tomamos al Este, atravesamos una barrera que impide el paso de vehículos y cruzamos el Añales por primera vez. Enseguida el carril se divide en varios. El primero a la derecha pasa debajo del cortijo Castro y sigue el Añales. El segundo a la derecha pasa por encima del cortijo y tomando el ramal de la derecha después del cortijo también sigue el Añales uniéndose con el anterior, y el de enfrente va a unirse con el de la Resinera a la Cantera en la llanura de Cuevas Foñigas. Tomamos el que va por encima del cortijo pero hubiera sido mejor el que va por abajo para evitar los perros.

Continúa el carril por la margen derecha del Añales y al llegar a unas choperas se bifurca. Hay que tomar el de la izquierda, que asciende, porque el de la derecha cruza el río dirigiéndose hacia el Oeste. Poco más adelante, el carril termina en la margen izquierda al llegar al azud donde comienza una acequia. Sigue una senda casi borrada por la vegetación que cruza a la margen derecha cuando ya está a la vista la presa de una pantaneta. Se remonta el dique por la margen derecha y buscamos la cola de la pantaneta para cruzar la menor parte posible de ella y meternos en el río. El fondo de la pantaneta es barro puro y se clava uno hasta más arriba de la rodilla. Que se lo pregunten a Manuel que por unos instantes se le cambió la cara porque le pareció que se lo tragaban las arenas movedizas. Menos mal que es alto y la cabeza le quedaba fuera. Hay que buscar la crestita del barro…y tener suerte.

El Añales resulta un río con no mucha agua pero con mucha vegetación y totalmente virgen, con multitud de arañas de río que tienden sus telas de una orilla a la otra, con pececillos, y con mirlo acuático y lavanderas cascadeñas acompañándonos constantemente.

Atravesamos un primer cahorro, llegamos a la poza de las Higueras que cruzamos por un lomo rocoso y seguimos por el cahorro de las sabinas. Más adelante nos sorprendió una nueva poza que bautizaríamos después como “de la Manduca” y llegamos a la confluencia con un gran barranco que baja desde el Este (1100 m de altura). El río entonces se encajona en una garganta estrecha con tres cascadas consecutivas que quizá se puedan subir pero con dificultad. Con esa preciosa sorpresa decidimos terminar la exploración y volver a la poza de la Manduca para darnos un buen baño y aligerar las mochilas.

Una excursión en la que íbamos constantemente con la sensación de qué sorpresa nos aguardaría en el siguiente recodo, por un río virgen y con unas bonitas vistas a los paredones verdes y rocosos que forman el cauce. Continuaremos la exploración.


Y pasamos

Saliendo de entre las ramas de un pino caído

Paco P. en la poza de las higueras

Río arriba

Demasiados escalones

Gordolobo crecido

Baño en la Poza Manduca

Lonicera...

Thalictrum speciosissimum - Ruibarbo de pobres

Comida fin de temporada: Domingo día 17 de Julio, a las dos de la tarde

Hemos pensado que ya va siendo hora de volver a acercarnos a Canillas de Aceituno para poder degustar su famosísimo choto, a decir de algunos, el mejor del mundo.

Para ello, y puesto que hay que reservar con tiempo e indicar el número exacto de comensales, es necesario que os apuntéis pronto, a ser posible, antes del día 11.

19 de junio de 2011

Salida día 25 de Junio: Chillar bajo-alto y un poquito más... y vuelta. ¡Claro!

Ruteros: Victoria, Paulita, Nori, Luis, Jerónimo, Jesús, Miguel Angel, Fali, Mandiez, Maya y Cayetano.


Comenzó la jornada con un tiempo poco habitual para esta época del año, algo nubiloso y con sirimiri, según en que sitios. El punto de reunión fue en el muy utilizado bar de La Caleta, de cuyo nombre no puedo acordarme. Besos, abrazos, reencuentro con unos de la Gran Manzana y otros del "hospital de Cabra", algunos anuales y un resto de más o menos habituales. Se desayunó a lo clásico y se decidió, al parecer por una sugerencia de un servidor (que se debería haber callado) remontarnos hasta las fuentes del Chillar River. Yo dije el Chillar Alto, o sea, la parte alta del Chillar, que no conocía. Pero dado que no hay forma, a estas alturas del año, de llegar motorizado a la zona aledaña para desde allí comenzar la andada, nos tuvimos que dar cita en la cantera más famosa del río Chillar.


Desayuno

Una vez allí y aparcados los vehículos, nos reacondicionamos para la zambullida en las frescas y abundantes aguas de nuestro río. Creo que nunca lo he visto tan gallardo y grandote, con agua para media provincia. Se comenzó la marcha +/- a las 9 a.m. y, a renglón seguido, degustamos la frescura del agua ya que no había manera de sortearla. Con paso firme, espaldas rectas, la mirada... en los guijarros del lecho, que ya no nos iban a abandonar, hicimos el primer tramo hasta la Central Hidroeléctrica, donde tomamos la senda que nos debía llevar hasta el canal de "too lo alto", ya que era la forma más rápida y cómoda de salvar el tramo del Chillar Bajo que había que chuparse por la buenas o por... ¡en fin!.


Según mis cálculos partimos de 140 m y trepamos hasta el "sifón" situado a 420 m de altitud, con un desnivel del 60/70%, o a mi me lo pareció. Si no calculen 280 m de desnivel en una distancia de 520 m de longitud. ¡Qué se vean los matemáticos!.

Trepamos en fila indiana (incluida mi perri) hasta lo alto sin parar (un servidor paró pa respirar...un poquito no crean). De liebre iba nuestro Fali, ese que decían las malas lenguas que "estaba fastidiado". Je!.. Je!.. Je!.. "era pa probarme..." decía el muy ladino, con su tripita de crianza cervecera... ¡En fin! ¡Vivir para constatar! En este grupo el que no te arrea por la izquierda lo hace por el cogote o te...bueno.

 
Guest Star

Llegamos arriba muy bien, sin calor, sin sudar... ¡estupendamente!. Don Jesús parecía un "espalda mojada" que acabara de cruzar el río Grande y los demás ídem de lo mismo (véanse para este y resto de comentarios las fotos de nuestro Jero). Hasta Paulinha se resecaba la cara.


Allá arriba, junto al sifón, nos encontramos con los restos mortales de una pobre perdicera que nos recibió con un reconfortante olor.

                 
Rambo

Grupo descansando junto al Tajo de la Paloma

Una vez repuestos comenzamos los aproximadamente 6 km. de Kaanaal (que Dios los tenga en su gloria). ¿Se imaginan los lectores andurrerar (en llano.. eso sí) durante 6 kilometritos por una pasarela, la mayor parte, de no más de  40 cm? . No me extrañó que nuestra dulcísima Paula, casi como pidiendo perdón, dijera al final que.. "estoy harta de tanto canal..."


Carthamus arborescens - Cardo cabrero

Cruzando de un lado a otro la acequia

Valle del Chíllar desde la acequia

Sin grandes sobresaltos llegamos a reunirnos de nuevo con el Chillar de nuestras entretelas, en la juntura del canal y las ruinas que, a buen seguro, antaño, fue la vivienda de alguna familia. Nos reagrupamos a la sombra algo raquítica de un viejito albaricoquero que conoció mejores tiempo, pero que aún gallea un poco. Y si no que se lo pregunten a Don Jerónimo que anduvo rebuscando y se trajo un puñao de albaricoques exentos, según él, de todo tipo de habitantes. No estaban malos...


Lo dicho, dio pie al ángelus de cada jornada (+/- la 12 a.m. para que se sitúen), a la vera del abundante agua corriente y rugiente. Uvitas, avellanitas, almendritas, pasitas, etc... y, como siempre hay alguien que piensa, aunque esté feo señalar, se sugirió el "des-pantalonote", ya que seguiríamos, from now on, por los chinorros del río.


A trepar toca

Victoria y las adelfas

Bajo la chorrera

Así que remontamos, con nuestro culico en brazos, los tramos del río que  fueron apareciendo sin solución de continuidad, con alguna dificultad al pasar algún rápido, hasta llegar a una de las zonas espectaculares del río, rodeando la explanada del, allá arriba, cortijo del Imán. El agua ha creado un sitio idílico con su culantrillo y su travertino a todo dar.


¡Ah! A todo esto, la mitad de la cuadrilla había ya tomado las de Villadiego hacía un buen rato, al parecer para acondicionar el cahorro siguiente cuya altura hace casi imposible, a los seres humanos normales, el paso. Los retrasados, encabezados por Don Manuel I de León, seguimos cada vez más cansados las interminables curvas y recurvas del río, subiendo y bajando y pisando guijarros del tamaño de pelotas de futbol. Victoria y su retoña se mojaron todo lo que pudieron, siempre a la espera de una buena poza.

El travertino de los culantrillos

Cayetano y Maya bajo el travertino

Cuando cundía la "jartura", aparecieron a lo lejos los benditos cahorros y su ocupantes, el resto del personal, que, en su casi mayoría, observaba como nuestro Rambo particular, taladraba la piedra para "tender una línea", no sé si de teléfono o...yo que sé. ¿Se imaginan Vds. un montañero que al margen de los habitual va cargado con un "peaso guarrito" que parece una Kolavnikos, o como se diga? Pues ese es nuestro Rambo. Y no iba llorando..Eh!. Nada de eso. Había otro que llevaba una pechá de kilos de cuerda pa no se qué cosa.. Lo que hay que ver!. En realidad de lo que se trataba, como se imaginan, era de ver la manera de ingeniárselas para poder trepar los 3 m largos de cascada que impiden el paso.


Subieron con la ayuda de la cuerda, one at a time, (hasta Paulita, que está hecha una campeona) y se marcharon cantando bajito, (un servidor se quedó haciendo guardia, con mi perri, vigilando las mochilas).Volvieron a las no sé cuantas, felices y contentos.




Lanzando la cuerda

Fali subiendo por la cascada

Nuevo deporte olímpico: lanzamiento de bastones, modalidades clásica y moderna

Manuel D. sube también

Trepando que es gerundio

Cahorro del Imán

Ayudando a Paula a superar un pequeño salto

Cascada mayor del Chíllar

Salto de M. Ángel

Chíllar abajo

Seguidamente, nos rejuntamos pa'comer, sobre las 4 aprox., dando cuenta de las exquisiteces habituales y de los vinos que, generosamente, acarreamos. Esta vez merece una especial mención un clarete californiano de "no sé qué variedad" que nos obsequió Luisito a la temperatura perfecta. ¡Eres un artista Luis!.


Seguidamente emprendimos el regreso, como almas que lleva el diablo, en vista de la hora que era, teniendo que volver a tomar la "pasarela Cibeles" (otros 6 km. p'abajo).

Como conclusión diré que llegamos a la 9 p.m., que hicimos +/- 30 Km, que nos tiramos entreteníos 12 horitas y que el personal acabó pues... tan campante. Algún comentario.., alguna quejita... pero...¡Menudo grupo!.

Aburr.


Myrtus communis - Mirto o arrayán

Trachelium caeruleum - Alfileres o flor de la viuda




P.D: (¡Atención!: "Grupo montañero peligroso". A los nuevos  se les  recomienda que lo mediten antes de unirse).

Presentación de un libro

Según nos informa Paco H., mañana lunes, día 20, en el palacio de Beniel-Centro del Exilio de Vélez-Málaga, a las 20 h. se hará la presentación del libro: FAUNA DE LA AXARQUÍA, de Rafael Yus y Quirri Botella.

16 de junio de 2011

Salida día 18 de Junio: Circular Benarrabá-Genalguacil

Distancia: Unos 16 Km.
Desnivel acumulado: 950 metros

Jerónimo, Manolón (El Grande), ManDiez, Miguelín (El new-canijo), Pulgui, Maya y Cayetano.


    La jornada comenzó con un trasiego de coches algo más intenso de lo habitual y con los primeros síntomas de uno de los "terrales" serios del verano, a las 7,30 de la mañana ya teníamos, en según qué sitios, hasta 28º C.

   Una vez que recogimos a Jerónimo en Los Boliches pusimos rumbo a Gaucín para reunirnos con Miguel y Pulgui y tomar allí el desayuno de obligado cumplimiento; Miguelito se "jincó" un mollete con zurrapa para no pasar frío; luego, los demás, aceitico con buenas rebanás.

   Seguimos camino a Benarrabá y aparcamos en la puerta del Colegio Público Rural "Sierra del Espino" de donde parte el Sendero Circular El Concoste-La Portá, cuyo primer tramo hasta el arroyo de Las Veguetas compartimos. Comenzamos la bajada por dicha senda algo sequerona y con mucha hojarasca, que ya presagiaba algo de lo que nos acontecería el resto de la jornada. Yo creo que los montañeros curtidos ya tenemos un sexto sentido u olfato desarrollado para detectar esas sutilezas.

   Pero desgraciadamente nos quedamos algo cortos porque en llegando al arroyo comenzamos a disfrutar de un calor que "pa que te cuento . Las fotos de flores comenzaron pronto, aunque el motivo estaba requeterepetido a lo largo de la ruta.

   Efectivamente, la mayor parte de la vereda discurre entre alcornoques y Quercus canariensis, roble típico de esas tierra que destaca por su especial belleza. No obstante, cuando la cosa fue "in crescendo" comenzaron a notarse cada vez menos las bondades de la cubierta vegetal. Cuando hace calor y te cala ya pueden cantarte al oído... que "la caló es la caló". El tramo desde Las Veguetas hasta El Genal es bastante llano y discurre por la ladera noreste de la loma que separa el arroyo anterior del de Las Cobatillas por donde hicimos el cruce del Gran Genal que venia repletico. El cruce unos lo hicimos a "tutti plan" con botas incluidas y otros descalzos y casi de puntillas. La Pulgui nos deparó una actuación estelar (no le convencía tanta agua) hasta que Miguel la llamó al orden y del cogote la hizo pasar ya bien mojada al otro lado (por supuesto Maya disfruto de unos largos por el río durante el entremientras).

   Nos esperaba una sorpresita al otro lado. El carril estaba cortado con una cancela de aupa y un "¡¡No pasar bajo peligro de Muerte!!", algo que está muy de moda última-menete y posiblemente con una cierta dosis de ilegalidad. Pero... ¡¡dificultades a nosotros!! Ja!. Trasspasiemos la susodicha valla y... vaya Vd. con Dios. Cual escuadra en plena batalla nos adentramos en territorio enemigo, ojo avizor, y,sin hacer ruido, conseguimos burlar a los escandalosos vecinos. Aunque el guía se equivocó y nos hizo dar un rodeo por una senduela no muy recomendable.

   Como D. Jerónimo, oriundo de Faraján y rebautizado en Benarrabá se conoce el entorno como la planta de sus pies pues acabamos en un carril que nos llevó, luego luego, hasta el bonito Almarchal (el de las pozas). Hubo que subir y bajar, más o menos, la Loma de Benestepar. En el arroyo nuevo descalzamiento de los Manueles, requetebaño de Maya y... cuando creíamos que Jerónimo había acabado de hacer las tropecientas fotos de costumbre..zas! al agua pato. Se halfdespelotó de la parte de arriba y se metió junto a la perra en la poza de marras. Se pegó un baño del....

   Un vez fresquito y viendo nuestras caras (que son el espejo del alma), Jerónimo se atrevió a proponer la no-subida a Genaguacil (300 metritos por una verea casi vertical -morisca diría yo-) y quedarnos dándonos la gran vida en el río. Pero... estos bravos montañeros, asaítos, optaron por el sufrimiento y sacrificio y p’arriba. Un servidor, se imaginó la escena y, resultó clavaíta. !Vaya subidita¡ (gracias Jerónimo por esperarme, entretenerme, darme ánimos y a mi perri por su fidelidad).

   Una vez en Genaguacil, nos teledirigimos a los Jardines del Visir, bar que nos quedaba de paso, donde los Manolos y Miguel se estaban reponiendo con un "peaso" cerveza y una tapitas. Nos unimos a ellos, pa no desentonar, y nos repusimos de liquido elemental del que repetimos... ya puestos.

   Se volvió a plantear, de nuevo, la posibilidad de abandonar y ponernos moraos en el bar, pero de nuevo volvió a resurgir ese espíritu...etc. Hacía una plasta a las 2 de la tarde que...vaya!.

   Con la ayuda de los cervezometros iniciamos el descenso por otra senda calcaíta a la que estábamos llevando durante toda la ruta y llegamos de nuevo al Almarchal (el de las pozas) y continuamos, previa discusión -que si aquí, que si allá-, hasta la Solana de.. "no me acuerdo", donde a la vera del Genal, en un sitio idílico y fresquito, después de haber dejado a los mozos/as del pueblo bañándose más abajo en biquinini, nos pusimos a comer. Corrían las 4 de la tarde...

   Dimos cuenta de las viandas, del vinillo y del "orujillo" (¡Manolo no traigas más que nos vas a matar!). Baños, y refrescos, y charla, y relajo. La carita se les fue poniendo mucho mejor al personal.

   Después, retomamos la subida al Nido de Águilas (Benarrabá). Otros 300 m, estos más tendiditos. Claro que con la ayuda del orujillo ni subida ni ná. En un plis plas estábamos en los coches y..... aquí de desvanece la imagen... Solo me acuerdo de otra parada en Gaucín y otras dos cervezas. !!SI BEBES NO CONDUZCAS¡¡

   Aburrrr.


Mapa de la ruta

Contemplando un gran chaparro

Dorycnopsis gerardi (Sin. Anthyllis gerardi)

El de la lente en plena faena

Cruzando el río Genal

Silene coelirosa

Pulicaria odora

Otra vez al agua

Puente roto sobre el río Almarchal

Saliendo del control de avituallamiento

Los niños entre las flores

Foto de grupo a orillas del Genal

Delphinium staphisagria - Albarraz o yerba piojera, pues aunque es planta venenosa, antiguamente se utilizaba para combatir los piojos.

Vinos

6 de junio de 2011

Salida día 11 de Junio: Donabuelo

Ruteras/os: Paula, Victoria, LolaDi, LolaVa, PacoPon y Cayetano.


La ruta de hoy ha sido especial por varios motivos que han concurrido de manera fortuita y que de alguna manera han marcado el devenir de la misma.

El lugar del desayuno ha sido en el bar situado en el Trapiche, en el inicio de la carretera MA-3113 a Comares. Allí ocurrió que nuestro querido patrocinador Jerónimo "Buonaphoti" se nos descolgó de improviso por problemas de salud. Creo que merece una mención especial su actitud para con el Grupo ya que no solo se tiró de la cama encontrándose mal sino que no queriendo dejar al personal tirado, llegó conduciendo hasta el lugar antes mencionado. Gracias "Buonaphoti".

Al quedarnos algo huérfanos por la marcha de Jerónimo nos planteamos que hacer. Decidimos seguir con lo planeado hasta donde pudiésemos. Y la verdad es que todo nos salió de maravilla a pesar de las dudas iniciales. No solo completamos la "circular de DonAbuelo" sino que el ambiente que reinó y la actitud del personal fue excelente.

La otra gran sorpresa de la jornada la protagonizó la nueva y jovencísima incorporación al grupo caminante: Paula, que a pesar de los iniciales y lógicos temores de esa "madraza" que es Victoria, no solo no tuvo dificultades sino que además nos brindo un actuación estelar. Subió la primera, no desfalleció nunca y mantuvo todo el día una actitud maravillosa transmitiéndonos a los demás su alegría, simpatía y esa espontánea curiosidad que la hizo disfrutar a cada paso con todo lo que era motivo de su curiosidad. Ni una sola queja que, después de 10 horitas pateando la sierra, tiene un gran merito. Tuvimos la gran suerte, como dijo LolitaVa, de ser testigos y apadrinarla en su primera Maroma lo cual también fue un motivo de orgullo.

El elenco femenino ganaba por goleada -4 a2- pero su comportamiento fue ejemplar y, tanto "las Lolas" como Victoria y su ya mencionada retoña dieron una lección de buen montañismo, manteniendo el tipo en todo momento. Excelente.

Salimos del aparcamiento del Robledal Alto, según el gran PacorroPon, a las diez. Tomamos la ruta habitual e hicimos la primera parada para constatar y probar que los cerezos del camino estaban ya casi a punto. Después de pasar rápidamente el asentamiento humano, bastante animado por cierto, nos encaminamos hacia los barracones siendo recibidos por las: dedaleras, salvias, lino etc. amén de las delicadas y gráciles centaureas con mariposa incluida.

En los barracones, Paula, se maravillo del gran cerezo cercano al arroyo y de sus cerezas, negrotas y bien maduras. Seguidamente, comenzamos la verdadera aventura que para unos era lo desconocido y para otros, hora de repasar lo ya olvidado. La senda al DonAbuelo es muy agradable y bastante generosa para con el caminante dada su gran cantidad de sombra y su amable pendiente que nos va llevando, casi sin darnos cuenta, hasta el Mirador de Ben, donde la cosa cambia. Ahí se acaba lo bueno y empieza lo que ya conocemos de sobra, ni más ni menos que el "sufrimiento" del montañero. En ese lugar nos ayudamos un poquito con "El Ángelus Old Fashion", ó sea a las 12 a.m. (sin vino) pero cumpliendo perfectamente su cometido.

Más o menos por ese tiempo, al unísono, se nos vino a la memoria nuestro añorado amigo Fali. Creo que en el subconsciente colectivo aun tenemos el recuerdo de su disfrute especial con esta ruta de DonAbuelo, por lo que hemos querido dedicársela muy especialmente con el deseo de poder volver a hacerla de nuevo junto con él, para poder gozarla en su compañía y disfrutar de su muy dilatada experiencia en esta ruta tan especial. "Pronta mejoría y al tajo, Fali"

Una vez rellenicos comenzamos los dos toboganes previos al Collado del Selladero. La verdad es que, si esa senda se limpiara, con lo bien trazada que está, sería un paseo delicioso, con su subida a los Alpe d´Huez, con sus muchas recurvas que casi te suben en volandas ese "peaso" de repecho de padre y muy mala lech... Pero este grupete lo subió casi si respirar, en un plis-plas, y pronto nos sentamos a la sombra de los Pinus Nigra/Sylvestris que coronan el collado.

¡Berbercio y descanso que no pasa ná!. Ah! flores por un tubo... familia. Cambiando con la subida, Cerastium, Lynaria Amoi, Pionos, Helianthemus y un largo etc. Tomamos con determinación el ataque al mítico DonAbuelo que casi era la meta que en principio no pusimos para, una vez allí, ver que hacíamos. La subida fue... genial, con Paulita a la cabeza, por supuesto. Por aquel entonces serían las 2,16h p.m. de la tarde, valga la.. y se nos planteó la cuestión lógica del "comercio". Pensamos en los Prados de Arena como lugar perfecto para comer y tomarnos una cervecita y unos helados. Así que, ya a la buena de Dios, continuamos ascendiendo por la cresta, a trancas y barrancas, camino de nuestro próximo objetivo.

La cosa resulto igual de fácil, -¡ya puestos!- salvo para Maya que tuvo que lidiar, -animalico- con los dichosos "cojines de suegra" que se le clavaban en las patas... pero bien!. Comimos, bebimos (una solitaria botella de Protos que compramos por el camino gracias a la acertada sugerencia de Paco que pensó que sería un sacrilegio que los vinateros andarines lo hiciésemos sin el preciado elemento),y después de comer, asimismo, alguna se pegó una siesta de campeonato.

Después todo fue coser y cantar. Paula siguió disfrutando de todo, especialmente de las cabras, y después de darle un beso al monolito de la Maroma Este (LoLaDi) no encaminamos hacia los Tajos del Sol ( la tabarra de Paco) para por el collado Lobera poner rumbo hacia los vehículos, no sin antes "rendre visite" a las pingüícolas que estaban preciosas y plagadas de mosquitos.

En fin, una jornada excepcional que conservaremos en la memoria a pesar de las 10 horas de duración.


Preparados para la marcha

Los cerezos del camino

Dictamus albus

Comienza la senda a empinarse

Mujeres al poder

Carduus platypus ssp. granatensis

La  benjamina y su mentor a punto de coronar Le Coll du Selladero

Ante la duda, Paulita se asegura

Al fin, el momento culminante

 A comer todo el mundo

La reina de la montaña

Salvia argentea

Final feliz para Lola V.

!Si Yo No Pido Tanto!

¡Si yo no pido tanto!

Amor es lo que pido.

Briznas de amor para esta sed del mundo,

tan grande y tan sumisa.

Un diminuto amor, pero constante,

que dé su mano al que su mano tienda,

que limpie las miradas y los ojos

llene de dulcedumbre.

Algo de amor en esos corazones

que no aman a los niños,

que son capaces de cegar a un pájaro,

de aplastar las hormigas.

Algo de amor; apenas un murmullo

de amor en cada pecho de criatura

hacia todos los seres,

hacia todas las cosas.


¡Si yo no pido tanto!

Briznas de amor para esta sed del mundo.

                                                                                   Maria Victoria Atencia