Sierra Nevada almeriense. Del collado de Santillana a Alboloduy por la Rambla de los Yesos.
Participantes: Javier, Pili, Paco, Ignacio, Antonio, Lola Díaz, Ana, Manuel de Nerja, Ricardo, Jesús.
Desnivel: 550 m de subida y 1250 de bajada.
Recorrido: 17,5 km.
Poca participación de la Vinoteca. Las comuniones, bodas, bautizos y otros compromisos sabatinos parece que diezmaron la cuadrilla. No obstante el equipillo que fuimos mantuvo el nombre del grupo tanto a la hora de caminar como a la de comer y beber.
Desayunamos a las 9 en el bar La Esquina de Abla y Javier arregló con los guardas la intendencia del transporte para que llevasen dos coches a Alboloduy. Sin esta ayuda tendríamos que haber replanteado el recorrido.
Iniciamos la caminata con un repecho largo para subir al vértice de Montenegro. Menos mal que Antonio venía calmoso y no puso el ritmo que acostumbra; subimos charlando y hasta con tiempo para hacer fotografías.
Las vistas desde la cima son magníficas: al frente la bahía de Almería, con la ciudad y la Sierrecilla de Gata incluidas, al Sur el Valle del Andarax y la Sierra de Gádor, al Oeste el valle del Nacimiento y la Sierra de los Filabres y al Oeste la imponente Sierra Nevada representada aquí por el pico de la Polarda, el primer 2.000 del Este de la Sierra.
Descendimos por un encinar clareado por el carboneo y luego por un pinar de repoblación ya crecido hasta dar con el primer aljibe reconstruido por el Parque con la estructura de captación, decantador y depósito que tuvo. Hasta tenía su pila-abrevadero al lado de la portezuela por donde se saca el agua.
Continuamos descendiendo por el interminable lomo de Montenegro entrando ya en zona de cortijillos dispersos y algunos campos de cultivo de almendros y viñedos, los primeros mal atendidos y los segundos perfectamente arados y cuidados, mostrando con claridad el beneficio que da hoy uno y otro cultivo. Todo el paisaje estaba pintado de amarillo con las coronillas y albaidas en plena explosión floral. No podíamos haber escogido mejor época de visita.
Comimos junto a otro aljibe, el más bajo de los recuperados y como siempre, hubo su discusión sobre en qué restaurante nos atenderían mejor. Al final la mayoría se decantó por la escasa sombra de un almendrillo, era la única que había, y bajo él se desplegaron las verduras, tortillas, carne, embutidos…y el buen humor que siempre nos acompaña en esa “dura vida del montañero” como diría Manuel de Rincón.
Después de la comida entramos en la parte más espectacular del recorrido, en la Rambla de los Yesos. ¡Qué farallones rocosos!, ¡qué paredones verticales!, ¡qué formas de erosión!, ¡qué contraste entre la vegetación desértica de arriba y la de los humedales de las gargantas!, pero sobre todo, ¡qué coloridos de la tierra! Fantástica rambla. No habíamos visto nada igual. Y mientras caminando por un lecho de arena gruesa, húmeda y lisa, como el mejor rebalaje playero.
También hubo su puntito emocionante cuando llegamos a un dique de contención en la rambla, de unos 10 ó 12 metros de altura y Antonio sacó de la mochila una cuerda para descender por la pared del dique. El intrépido Ricardo fue el primero en descender y con Antonio arriba sujetando la cuerda y Ricardo abajo dirigiendo la maniobra fuimos descendiendo uno a uno sin mayores contratiempos pero sí con un pinchacillo de incertidumbre en el primer salto al vacío.
Llegamos a Alboloduy sudorosos, había sido el primer día de verano, pero muy satisfechos, deseando llegar al bar donde nos guardaban las llaves de los coches y tomar una cervecita bien fresca. Y con la cervecita en la mano planeamos nuevas excursiones por la zona malagueña, se habló del Chíllar para mediados-final de junio, y de nuevo de Sierra Nevada para ver algunas plantas interesantes y únicas que Antonio tiene localizadas. ¡Se le iba a escapar a él cualquier hierbecilla por minúscula que fuese!
Viñedos
En el Cerro Montenegro
Teucrium compactum
Almería verde y florida
Boca de mina
Boletus purpureus
Caminando...
Formaciones en el tajo
Antonio asegurando la bajada
Lola D. sigue las instrucciones de Ricardo
Antirrhinum hispanicum
Colores de la tierra en la Rambla de los Yesos
Entrando en un estrechamiento
Rambla de los Yesos
Vicia pseudocracca
Río Nacimiento
Vinos