El día tuvo un poco de todo: lluvia, sol, viento, nieve, niebla, granizo y mucho frío. No llegamos a la cumbre -la prudencia lo aconsejaba- pero mereció la pena. Quedan las charlas del camino y el recuerdo de una buena comida al abrigo de la Cueva de la Rábita con regusto a mantecado casero.
Desnivel: unos 1.300 metros aprox.
Distancia recorrida: 16 km.
De vuelta a Canillas