27 de febrero de 2011

Salida 5 de Marzo: Montes de Málaga

Mapa de la ruta

Bajando por un cortafuegos

Torrijos entre los pinos

Lagar de Chinchilla

En el Lagar de Chinchilla

Orchis collina

Ángelus

Vistas de Camarolos

Orchis mascula

En el Alto de Jotrón

La Maroma 

Helianthemum salicifolium

Llegando a Pocopán

En Pocopán

Barlia robertiana

 Vinos

20 de febrero de 2011

Salida 26 de Febrero: Sedella - Las Llanadas por el Fuerte

Distancia recorrida: 17 Km
Desnivel acumulado: unos 1.700 metros


Barrancos al Sur de Sª Tejeda

Subiendo al Cerro El Fuerte

Parte del Grupo en El Fuerte de Sedella (1.507 m)

Pueblos de la Axarquía desde El Fuerte

Por el Collado de la Gitana

El Morrón


Por la vereda hacia el Collado de la Cuna

Encina y cielo

En el Collado de la Cuna

Collado de Cuesta Pardilla

Vistas a Sª Nevada y al Malascamas desde Cuesta Pardilla

Sª Nevada y Malascamas

Bajando hacia las Llanadas

Oruga

Carlos nos enseña Las Llanadas de Sedella

Narcissus triandrus subsp. pallidulus

Grupo en el Puente Romano de Sedella

Vinos

13 de febrero de 2011

Salida día 19 de Febrero: La Tiñosa - Subbética cordobesa


Sierra de la Horconera. Pico Tiñosa, 20-2-2011


Participantes: Manolo de Nerja, Ricardo, Miguel de Torre, Jesús, Lola Díaz, Ana, Paco Zambrana, Paco Ponferrada, Manuel de Málaga, Jerónimo.

Recorrido: 15 km.
Desnivel acumulado: 1000 m.

     El día se anunciaba con lluvia y ya el viernes, en el blog, aparecieron algunos comentarios de gente timorata que por qué no cambiábamos a una ruta con menos riesgo de lluvia. Pero fuimos a la Horconera con desayuno en Iznájar donde nos pusieron un medio mollete impresionante.

     Partimos de las Lagunillas con un día magnífico por el carril que lleva al cortijo Alto de Torres, entre excelentes olivares, en plena recogida de la aceituna, con las sierras Alhucema al frente-izquierda y la Horconera al frente-derecha.

     Visitamos la enorme Encina de las Vacas encima del cortijo Alto de Torres, la abrazamos para que nos transmitiera parte de su tremenda energía…y proseguimos ligeros al cortijo Cañatienda donde tuvimos las primeras disensiones: que si subir rectos hacia el Morrión para visitar la cueva que alberga debajo, que si subir primero al puerto Mahína y de allí al Morrión. Jerónimo y Ricardo enfilaron al Morrión y el resto al puerto. Desde el puerto ascendimos un poco en dirección al Morrión y luego le dimos la vuelta por el Sur a sus primeros escarpes. Creíamos que la cueva estaba más baja y al final resultó que los que queríamos hacer la subida más suave nos encontramos al principio del tremendo repecho del valle que baja desde la cueva que es el que pretendíamos evitar. Lo subimos despacio, por donde mejor nos parecía, resoplando, con alguna paradita para ver los narcisos y en la cueva se reunió de nuevo el grupo.

     De la cueva al pico Tiñosa la senda está muy bien marcada y el desnivel es pequeño, pero antes de llegar a él ya tuvimos las primeras nieblas que ratificaban la certera predicción meteorológica. En el pico se despejó para darnos opción a disfrutar de las vistas, allí hicimos el Ángelus y allí acordamos ir a puerto de Mahína para decidir cómo proseguir la ruta.

     Tornamos a la cueva y nueva disensión: unos que bajar por el enorme repecho por el que habíamos subido y otros que seguir la senda por el Morrión. Esta senda sale bien marcada hacia el Oeste de la cueva, zigzaguea para evitar el tajo del Morrión y llega a puerto Mahína estupendamente. Nueva reagrupación en el puerto y nueva discusión sobre qué hacer, con algunas propuestas tan arriesgadas como subir a la sierra de Alhucema, sin senda alguna, y sin senda proseguir por su cresta para descender al puerto del Cerezo, con el cielo ya bien encapotado y la casi certeza de niebla y lluvia.

     Zanjamos la discusión enfilando del puerto al cortijo de Cañatienda porque el tiempo para la tarde no auguraba nada bueno. Pero tampoco hubo unanimidad en la bajada porque Ricardo echó por la ladera derecha y el resto por la izquierda. Los que fuimos por la izquierda siguiendo la senda nos entretuvimos con el nacimiento del arroyo y un buen abrevadero antes del cortijo y Ricardo lo hizo charlando con un pastor.

     En la era del cortijo disfrutamos del apareamiento de los sapos y las ruinas del cortijo nos albergaron en la comida no sin antes discutir sobre dos o tres lugares idóneos para parar a comer. Nada nuevo. Como todos los sábados.

     Desde el cortijo Alto de Torres bajamos por la senda de la Cañatienda que sigue la orilla derecha del arroyo del mismo nombre cuyas aguas habíamos visto nacer. La senda va entre añosas encinas, con el murmullo del agua al lado, cruza un cortito desfiladero ornado de amarillo por infinidad de narcisos y poco más abajo se divide el arroyo yendo el principal, el Cañatienda al Este. Equivocadamente seguimos por la orilla derecha del secundario para salir al carril de la mañana y volver a las Lagunillas.

     Y terminamos con otra discusión: unos que volver a Iznájar por la carretera de Priego, otros que por la de Rute y otros que ir a Rute y a la autovía de Cordoba por Encinas Reales. Naturalmente la decisión fue que cada uno volviese por donde le diera la gana. Si por algo se distingue la Vinoteca Andarina es por la unanimidad en las decisiones.

Bajo la Encina de las Vacas

Caserío de Cañatienda y Morrión

Hacia el Pto. de Mahina; en lo alto, el Morrión con su cueva

Cueva del Morrión

En La Tiñosa (1.568 m)

Vistas desde la cara norte de La Tiñosa

Sapos apareándose y puesta de huevos

Preparando la comida en el Cortijo de Cañatienda

Narcissus assoanus

Vinos

6 de febrero de 2011

Salida 12 de Febrero: Sª de Alcaparaín por Carratraca

Sierra de Alcaparaín. 12-2-2011.


   Participantes: Manolo de Nerja, Ricardo, Carlos, Miguel de Torre, Antonio de Fornes, Jesús, Manuel de Rincón, Lola Díaz, Ana, David, Paco Ponferrada, Manuel de Málaga y Jerónimo. Esperábamos a Cayetano y su perra pero no aparecieron.

   Distancia: 16 km. Desnivel acumulado: 870 m.

   Se accede a la ruta desde el Puerto de Málaga, entre Carratraca y Ardales, por el carril que sale al Oeste entrando en la cañada del arroyo del Conejo entre los cerros del Mojón y el Capellán. Al llegar a una divisoria de carriles al lado de una balsa contra incendios aparcamos y enfilamos hacia el Sur por el carril de en medio que está cerrado con una cadena. Es el carril que se introduce por el valle del arroyo del Conejo.

   Poco a poco el grupo se puso en marcha y comenzamos a estirar los músculos y a combatir la frescura mañanera con los primeros repechos. Dejamos un cortijo derruido a la derecha y entre pinos carrascos y praderitas de yerba incipiente y fresca íbamos bastante bullangueros y alegres, pero el ritmo que impuso Manuel de Málaga y los repechos del carril fueron atemperando las voces y las conversaciones. Termina el carril y comienza la senda con vistas muy bonitas sobre todo hacia el Este, hacia la loma de la Herriza, en la que sobresalen farallones rocosos que la erosión ha dejado al descubierto. Hay también un cuevecilla con un pilar exento que parece ayudar a sostener la roca del techo.

   La senda está muy bien trazada, con ascenso constante y uniforme, y sujeta por albarradas de piedra que en el último trecho antes de coronar la cresta aparecen unas encima de otras como una sucesión de paredes.

   En la cresta la senda se divide. Un ramal a la derecha, baja al punto de salida por la cañada paralela más al Oeste (sería nuestro regreso), mientras que la del frente se mete en el altiplano de la Sierra por una trocha entre carrascas y coscojas para desembocar en el carril que desde Ardales sube a la Sierra y baja hacia Carratraca. Las vistas eran espectaculares sobre todo por la gran cantidad de nieve que tenía la sierra de las Nieves y unas pinceladas de ella que conservaba la Blanquilla.

   Continuamos por el carril en dirección Este y Sur. Las conversaciones volvieron a crecer en número e intensidad favorecidas por el llaneo y por la posibilidad de caminar en paralelo, cosa imposible en la trocha, pero en la primera curva a la izquierda cuando el carril comienza a descender, Manuel de Málaga nos metió a buen paso por otra trocha ascendente, hacia el Sur, y de nuevo se volvieron a acallar las voces, hasta llegar a los tajos que caen al valle del Turón. Allí se cambiaron las conversaciones por exclamaciones de admiración. Aparece el valle de la Dehesa de los Galvanes a vista de pájaro con las parcelas delimitadas por ribazos, con los sementeros verdegueando y los almendros blanqueando, con los olivos en perfecta alineación, con los cortijos y las casitas desparramadas aquí y allá unidas por caminillos, con el río Turón al Oeste y la blancura de las casas del Burgo apretujadas entre las colinitas. Y todo ello en una mañana luminosa, con sol radiante, sin viento ¿cómo no quedarse extasiado ante este panorama? Con razón decía Manuel de Rincón “señor, señor, pero a qué sitios más bonitos me traéis”.

   A duras penas retomamos la senda hacia el Este, bordeando los tajos, parándonos de vez en cuando a disfrutar de las vistas. Encontramos la vereda que sube desde puerto Martínez y ya teníamos el vértice geodésico del Grajo (Valdivia dicen los mapas) a tiro de piedra. Excelentes vistas sobre el valle del Arroyo de las Cañas, Carratraca, los pantanos, las sierras detrás de Carratraca, Almorchón, Encantada y Huma. A lo lejos la Maroma, Lucero y Sierra Nevada.

   En la cúspide hicimos la parada del Ángelus y luego desandamos el camino por el altiplano. Pero antes de descender aún nos acercamos al Tajo de la Canana sorteando las carrascas por encima del lapiaz. Las vistas desde la Canana al valle del Turón son también inolvidables y claro, de nuevo Manuel de Rincón repitió su cantinela. Cuesta entrar al Tajo pero las vistas recompensan los pinchazos de las carrascas y los tropezones y resbalones por las rocas.

   Almorzamos antes de descender por la cañada paralela al Oeste de la que habíamos ascendido por la mañana. La senda en esta cañada también está muy bien construida con sus albarradas y serpentea primero por la ladera derecha, luego por la izquierda y de nuevo por la derecha. Cuando la senda cruza el fondo de la cañada casi se pierde pero Manolo la recuperaba enseguida. Los contrastes de la vegetación con los farallones rocosos son tan impresionantes como en el valle del Conejo, pero el valle por el que descendimos es mucho más estrecho, empinado e intrincado, con gargantas que el otro no tiene.

   Termina la senda en un carril por el que seguimos descendiendo, pasamos junto a una casa forestal abandonada y terminamos en donde habíamos aparcado. La Sierra nos despidió con un paseo entre preciosas margaritas (Bellis) que por la mañana estaban cerradas.

   Una sierra a la que volveremos.


Vereda arriba

Enriscado

Parte del grupo con la sierras Prieta, Cabrilla y de las Nieves al fondo

Carratraca desde el Pico del Grajo

Preparando el ángelus en el Pico del Grajo (1.293 m)

Bajando hacia la meseta de la Sª de Alcaparaín

Subiendo al Cerro de la Canana

Tajo de la Canana

En el Cerro de la Canana

Cañada del Arroyo de la Cancha

Bajando por la Cañada del Arroyo de la Cancha 

Castillos de piedra

Carratraca entre dos rocas

Pozo en la antigua Casa Forestal

Bellis

Vinos