23 de febrero de 2007

SÁBADO, 24 DE FEBRERO DE 2007. MACIZO SIERRAS PRIETA Y CABRILLA. SUBIDA A SIERRA CABRILLA. ÉRAMOS POCOS… Y FUIMOS MENOS.

La desbandada general de la Semana Blanca, con tanto docente montañero, se ha hecho notar. Esos grupos multitudinarios de antaño se han quedado reducidos, en esta ocasión a cuatro aguerridos, a saber: Ricardo, Miguel González, Luis y Manuel. Teníamos ganas de coronar al menos una de las dos cumbres del macizo Prieta-Cabrilla, ¡y vaya que si lo logramos!, con un día luminoso y de buena visibilidad. Pero bueno, vayamos por partes.

Ricardo me recogió en El Rincón a las 7,30 h y más tarde hizo lo mismo con Miguel en Málaga a la altura de El Viso. Con Luis quedamos para desayunar en Castra Vinaria (para los romanos), para nosotros, Casarabonela, y a eso de las 9,30 h enfilamos calles arriba en dirección a la senda que sube a partir del cementerio.

El cierto “amuermamiento” del inicio de las rampas, fue dando paso a un espíritu más acorde con la mañana. Día soleado, temperatura adecuada y enorme deseo de llegar a la cumbre, tras un primer intento fallido, semanas atrás. El continuo ascenso por amplias cañadas facilita vistas espectaculares hacia el sur, por unas laderas muy desprovistas de sombra, por lo que en verano, pensábamos, debe de ser un martirio esta misma ruta. La fuente de “los hornaos”, en medio de una vertiente plagada de zarzales, con una pileta apropiada y chorro potente, la vimos gracias al buen hacer de Ricardito, que con su consabida destreza en “husmear” por todas partes, acertó a vislumbrarla y a apercatarse de la profusión de jacintos amarillos de mediano tamaño. La continuación de la senda nos aupó hasta el carril, que como enorme llaga, recorre a media ladera, todo el macizo por su vertiente sur. De allí al puerto del “Madero”, solo resta ascender un cómodo tramo de senda, igualmente bien marcada. El cruce de sendas del puerto y el pequeño respiro, tan bien ganado, nos facilitaron la lectura de unas hojas de apoyo del grupo montañero “Pasos Largos”, que, con una profusión de detalles y fotografías orientativas, nos aclararon la ruta, hitos y cuestiones de interés.

El paso obligado a la vertiente norte del macizo, nos regaló un viento persistente, frío y molesto. Algunos pequeños pinsapos bien asentados y la proliferación de plantones protegidos, entre el pinar salvado de anteriores incendios, nos acompañaron por el recorrido de la umbría de Sierra Prieta, hasta el puerto intermedio entre la misma y Sierra Cabrilla, desde donde se divisa casi todo Alozaina. El Angelus en este punto y zafados provisionalmente del vendaval, nos preparó el cuerpo para encaramarnos, casi sin senda, hasta la plataforma en donde se asientan varios montículos que marcan la cumbre de Sierra Cabrilla, con 1.507 m y casi cuatro horas de marcha desde Casarabonela. El viento helador que nos azotó el tiempo que estuvimos en la meseta y la cumbre, desdibujó, en parte, el disfrute de la vista: al pié El Burgo, la carretera dirección Ronda, el acceso a Los Sauces, la sierra de las Nieves con su Torrecilla, las elevaciones de Benaoján y macizos de la provincia de Cádiz, sierra Blanca de Marbella, las sierras Prieta y de Alcaparaín y un sinfín de pueblos y elevaciones que no pudimos saborear en condiciones. El difícil lapiaz del terreno se hacía más complicado de andar por las rachas de viento que nos zarandeaban y empujaban lateralmente. Afortunadamente, el descenso de altitud nos cubrió de las inclemencias. Ya de regreso, tanto Miguel como Ricardo propusieron subir a sierra Prieta “en un periquete”, dada su “proximidad”, pero el paso de nuevo por su umbría y por la base de sus enormes tajos, generó la suficiente cordura como para convenir la subida en otra ocasión. El descubrimiento por parte de Luis de una senda poco marcada que se antoja hasta un collado mucho más alto, nos emplazó para la siguiente ocasión.

La comida en el puerto de la Madera fue reparadora y celebrada. Seamos los que seamos, las exquisiteces brillan con luz propia. El rito y el momento continúa con su encanto.

Y resulta que cuando íbamos a bajar por la senda de subida, a Ricardito le dio por investigar, como no, una antigua vereda que, casi sin perder altura, discurre en dirección al carril de vuelta. “Está muy marcada aunque está casi perdida”, indicaba con gran alboroto el ínclito, mientras nos iba introduciendo en un enorme aulagar con acupuntura integral de piernas, a pesar de los pantalones largos o de las polainas de Luis. Los últimos que han pasado por aquí han sido los “celtas cortos”, insistíamos los cuerdos que íbamos quedando, pero ni con esas. Efectivamente, a ratos se veían algunos muretes de contención de la senda, con lo que la felicidad de nuestro Ricardito por el hallazgo iba en aumento. Tras algún despiste aparecimos en el carril y tomando otra senda más clara que baja hacia el pueblo, aterrizamos por la plaza mayor en medio de una fiesta por el carnaval, con sus disfraces y todo. A “los piratas rurales” nos los encontramos en grupo, con cofre y todo, subiendo por una de las cuestas. Las pintas que llevaban (más rurales que piratas) eran todo un número.

Como resumen, ya en posición de vuelta a Málaga, valoramos la belleza del día, el encanto de la ruta y el hecho de haber hecho cumbre, por vez primera en el maciza de Prieta-Cabrilla. ¡Toda una gozada!

Luis se compromete a poner una entrada en el blog para que vayamos dando ideas de cara al próximo sábado.

Un abrazo montañero para los pocos presentes y muchos ausentes.

Manuel

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a los poquitos que han quedado en esta ocasión.
Yo iré a recoger a Rafa a la puerta de La Rosaleda, como a las 7,45 h y después nos vamos caminito de Casarabonela, si es que no se apunta alguien en el camino. Calculo que llegaremos sobre las 8,30 h para desallunar.
Si alguien de Torre del Mar o Vélez va a salir, que me llame para irnos juntos.
No parando, acaba por no haber.
Manuel

Anónimo dijo...

Lapsus horripilis. Desayunar sigue siendo con "y griega".
Mil disculpas
Manuel