21 de enero de 2007

El Almorchón, 20 de enero. Fotos y crónica








RUTA ALMORCHÓN, GAITANES Y BOBASTRO, 20 ENERO 2007

Habíamos anunciado los alrededores del Huma en busca de jacintos y ya había un error en origen, tal vez sonaba a premonición. No eran jacintos sino “narcisos” lo que íbamos a buscar.

El punto de encuentro en la gasolinera Río Grande con el horario acordado, lo cumplimos con puntualidad británica. Como quedamos ya desayunados (primera vez que lo hacemos de esta forma), nos fuimos directamente hacia nuestro destino. La expedición, en esta ocasión estaba compuesta por: Antonio, Cayetano, Jerónimo, Jesús, Lola Díaz, Luis, Manuel, Mari Lobillo y Ricardo. La mañana era luminosa y bastante fría. A la altura de Ardales, camino de los embalses, el reloj exterior del coche se movía entre uno y tres grados y cuando aparcamos al lado del embalse del Conde de Guadalhorce, la humedad y el frío se dejaron notar. Con rapidez nos introdujimos en el largo y estrecho túnel labrado en la piedra, que comunica con la parte posterior del monte. A la salida vimos enseguida los primeros narcisos blancos y las primeras orquídeas del lugar. Caminamos por el carril que va subiendo hacia la derecha y por la senda que lo continúa, hasta aparecer encima del desfiladero de los Gaitanes, en donde estaban apostados un grupo de fotógrafos que confiaban en lograr buenas tomas del movimiento en los nidos de buitres que se veían en los cortados de enfrente. Desde el espectacular mirador en el que estábamos, la vista era para disfrutarla: el fondo del desfiladero, los tajos, los embalses de la Encantada del lecho del río y del alto del monte, el macizo del Huma soleado, y el cortijo Pedrero y las vertientes camino de la cumbre, por donde hace poco tiempo subimos con una densa niebla.

Tras un paso por crestas rocosas iniciamos la subida a la parte alta del Almorchón, mientras Jerónimo y Ricardo trepaban al pico el Convento que habíamos dejado junto a la senda. Y aquí comenzó la aventura del día. Ya Cayetano había plasmado en el blog un aviso de caminantes: “salida para investigar rutas”, ¡y vaya que si investigamos!. La idea original de la mañana era, una vez en el Almorchón, bajar al cauce del río, subir al embalse alto de la Encantada, volver a bajar en busca de los coches y marcharnos a las ruinas de Bobastro. Ya comeríamos donde se pudiera.

La bajada tenía dos alternativas: o por la derecha, con una pendiente tratable, a través de una senda medio marcada en un antiguo cortafuegos y que nos llevaba a la carretera, o por la izquierda, que salía más cerca del siguiente monte a subir, pero con mucha más pendiente. Para Cayetano, el estudio de los planos y el recuerdo de rutas anteriores, indicaba que la bajada por la izquierda era totalmente imposible por los tajos insalvables que nos íbamos a encontrar en cuanto descendiéramos un tramo, pero se quedó más sólo que la una defendiendo su criterio. El resto del grupo, más o menos convencidos, pero con más valor que el guerra, decidimos “tirarnos monte abajo” a ver que pasaba. Y pasó que comenzamos a descender hasta que aparecimos encima de unos enormes tajos, que efectivamente eran insuperables. Y allí fueron los “padres tuyos y las madres mías”. Ya no había vuelta de hoja: o subíamos de nuevo y bajábamos por la ruta que había propuesto Cayetano, o girábamos a media ladera por el monte, buscando alguna bajada posible. Y eso fue lo que hicimos, por sendas de cabras entre el matorral, y comprobando que los diferentes escalones de tajos que encontrábamos eran igual de insalvables que los anteriores. Así nos llegó la hora del Angelus en el giro de ciento ochenta grados que describíamos en torno al Almorchón. Está claro que seguíamos “investigando rutas” como muy bien nos había vaticinado Cayetano, a quién por cierto le prometimos obediencia ciega en su dirección y en cuanto fuera menester a partir de ese momento.

Al final, después de dar toda la vuelta, encontramos la senda sobre el cortafuegos prometido. La bajada, con un recorrido precioso, la fuimos haciendo por unas rocas de arenisca redondeadas, en múltiples saltos, a través de una senda labrada con formas a veces de escalera, y que llegamos a la conclusión podría datarse de la época de la dominación árabe que tuvo la zona.

La comida bajo unos grandes pinos, con la vista sobre el Conde del Guadalhorce y las lomas hacia Teba, Almargen y Cañete, volvió a deparar esos momentos mágicos que aportan al descanso del guerrero: vinos exquisitos, manjares para todos los gustos, postres variados y una agradable conversación reconfortante.

Los cuatro ocupantes del coche de Antonio se marcharon después de la comida, porque cuestiones familiares del conductor lo requerían y los restantes decidimos ir como fin de fiesta a Bobastro y al embalse alto de la Encantada. En la basílica mozárabe de Bobastro nos encontramos a un grupo de una coral (que curiosamente conocían a Cayetano) y que nos regalaron, como broche de oro, con la interpretación de seis canciones, a cuatro voces, (dos motetes, una canción francesa de principios del XVI, el “Gaudeamus Igitur” y dos perlas más) en el ábside de la nave central de la basílica. La sonoridad perfecta, y el clima y el entorno como de encanto. En un momento en que Cayetano y yo (sentados en la parte alta de los muros) seguíamos con júbilo la interpretación, le comento por lo bajinis: “me encanta la voz del bajo”, a lo que me respondió con naturalidad “es mi hermano”. Ahí queda eso. Con razón lo conocían

Con el espíritu alimentado por la música y con el recuerdo de la espectacular vista desde el embalse alto de la encantada, nos volvimos caminito de Málaga, pensando ya en la próxima salida a la Sierra de las Nieves con la guía de Jerónimo. El recorrido del sábado será bastante largo (en torno a veintitrés kms.) entre pinsapares, cañadas, subidas y bajadas y sendas para todos los gustos, y necesitará del siguiente horario: salida de Torre del Mar a las 7 h, paso por Rincón de la Victoria a las 7,20 h, por El Palo 7,30 h, por la gasolinera del Limonar 7,40 h y llegada a Yunquera para desayunar a las 9 h.

Se trata de disfrutar en nuestro entorno.

Abrazos para todos

Manuel

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estamos a la espera de la crónica.