3 de julio de 2011

Salida día 9 de Julio: Río Guadalmina y sus angosturas

Participantes: Vito, Paula, Nico, Ricardo, Paco Ponferrada, Nori y Jesús. Jerónimo nos acompañó en el desayuno y en la segunda parte de la excursión.


Desayuno en Fuengirola, a las 8, en el lugar de costumbre. Nos gusta el bar pero en julio tenemos que buscar un sitio alternativo porque el pueblo está lleno de veraneantes y no se puede aparcar.

Dejamos los coches al lado del río, en el Charco de las Mozas, poza que se emplea como piscina. Es un llanito que deben estar preparando para aparcamiento y que ahora mismo tiene un repecho cortito y empinado, de tierra, que cuesta subir con los coches.

Fuimos el primer grupo del día que inició el descenso de las angosturas y las tuvimos para nosotros solos. Al principio parecía que el agua estaba fría pero pronto nos acostumbramos a ella y comenzamos a disfrutar de las pozas, de las estrecheces, de las rocas pulidas, de los saltos, de las chorreras que caen, de la vegetación que crece feraz por los paredones…en fin de todos los encantos que las angosturas ofrecen. Una verdadera delicia. Descendimos por la cuerda en la presa y terminamos el recorrido con unos cuantos saltos en la última poza a la que Jerónimo acudió después de su cita con la exposición de cactus.

Poco más abajo de donde termina la última poza, a la izquierda, sube un carril que cruza una hermosa acequia. Por ella remontamos hasta los coches. Es una acequia grande, bien conservada, con suelo de hormigón, sombreada por los arbustos que la circundan y por los tajos de la margen izquierda. Tiene hasta su pequeño acueducto para cruzar un barranco cuya agua viene a reforzar la que trae la acequia desde su nacimiento. Claramente este es el camino de vuelta, no la carretera que hemos utilizado otros años. Llega un momento que la acequia se encajona entre paredes rocosas a los dos lados y no queda más remedio que meterte al cauce. Justo donde comienza ese estrechamiento sale a la izquierda una empinada sendita, hecha por los bañistas, que baja al Charco de las Mozas donde habíamos dejado los coches. Por ella bajamos a los coches cuando ya la poza y las orillas del río estaban colonizadas por multitud de bañistas con sus hamacas y neveras dispuestos a echar el día. Bueno, bajamos algunos, porque Ricardo y Jerónimo que venían retrasados, cosa habitual, no vieron la bajada y continuaron la acequia hasta Dios sabe dónde. Cansados de esperarlos Paco y Jesús volvieron a la acequia a ver si les había pasado algo y cuando estaban más allá del acueducto les avisó Nori que habían llegado sanos y salvos. Parece mentira que dos avezados montañeros no vieran la bajada con el follón que armaba la gente en el Charco de las Mozas.

La segunda parte de la excursión era en el Guadalmina más arriba de Benahavís. Desde el pantanillo cogimos el carril de la margen derecha, con la fresca, a eso de la 1 y en muy poco rato la solanera nos quitó toda la frescura que traíamos de las angosturas. Caminamos unos 3 km y, hartos de sol y de la compañía de las chicharras, bajamos al río a una deliciosa poza en la que entramos casi sin quitarnos las mochilas. El agua estaba estupenda y después de nadar un poco nos tumbamos a reposar sacando del agua sólo la cabeza. Al poco la camarrana que se levanta del suelo de la poza había vuelto a él y comenzamos a disfrutar de las idas y venidas de los pececillos (¿serían bordallos de Málaga?. Tener a los pececillos a tu alrededor, acercándose, retirándose, jugueteando, llegando a probar tu piel con sus boquitas, es un disfrute muy bonito por lo poco habitual. ¡No se cansan nunca, qué actividad despliegan! Y allí estuvimos durante más de una hora invadiendo el hábitat de los pececillos, hasta que Jerónimo y Paco volvieron de su paseo exploratorio por el río y nos sentamos a comer.

Después de un rato de siesta y juegos en la poza iniciamos el regreso río abajo aprovechando las piedras de las orillas y esquivando el agua en lo posible para evitar caídas. En una llanura salimos del río hacia el carril y por él volvimos a los coches.

Día muy agradable y tranquilo en el que disfrutamos de las angosturas y de la poza de mediodía.

No apuntamos la distancia recorrida ni el desnivel salvado porque nos da vergüenza.


Saltando al Charco de los Tubos

De vuelta por la acequia

Baño en la poza a la sombra de una adelfa

Hidromasaje natural

Charca en el Río Guadalmina

Libélula

Eryngium

Vinos

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estaré en la plaza de la Axarquía con mi coche para llevar a quien se presente.
Jesús

Nori dijo...

Muchas gracias por elegir una salida tan conveniente para mí. Nos vemos en Los Boliches para desayunar.

Anónimo dijo...

Si no pasa nada, os acompañaré en la segunda parte (río Guadalmina arriba) y en el desayuno, porque temprano iré a la exposición de cactus de Benalmádena que es este fin de semana. Jerónimo.

Victoria dijo...

Pues si no cambia nada para el sabado,Paula y yo estaremos en la plaza a la hora indicada.¡Hasta el sabado!

Anónimo dijo...

Aunque con cierto miedo a recaer, me animo a salir mañana. Espero que no resulte caminata dura ni que haya que saltar por peñascos en la angostura (no la recuerdo con detalle). Así que a las 7 en la panadería.
Ricardo.

Anónimo dijo...

Nos vemos para el desayuno, Paco Ponfe.

Anónimo dijo...

No es seguro, pero a lo mejor viene/va mi amiga Victoria (la que vino con nosotros en septiembre) con el marido y puede que el hijo, no sé. Jerónimo.